¿Has pensado en una travesía del Atlántico más al sur… rumbo a Brasil?

Una manera distinta de cruzar el Atlantico.

Cada año, muchos navegantes largan amarras para cruzar el Atlántico. Algunos salen de Canarias, otros de Cabo Verde o incluso de Gambia — puntos de partida desde donde el horizonte parece abrirse hacia nuevas promesas. ¿Y si esta vez tu rumbo apuntara un poco más al sur? Hacia Brasil. 🇧🇷 Un país inmenso, colorido, acogedor, donde cada escala nos hizo descubrir culturas, tradiciones y gastronomías diferentes — pero en todas ellas, personas cálidas y llenas de buena energía.

Brasil: una escala todavía poco frecuentada

Brasil aún no es un destino clásico para las travesías transatlánticas. Sin embargo, quienes eligen esta ruta suelen hablar de una experiencia distinta: paisajes grandiosos, una cultura marítima muy arraigada, y una humanidad sencilla y generosa.

Algunos navegantes dudan en parar, a veces por miedo a la inseguridad o simplemente por falta de información.
Después de más de siete meses navegando por estas costas, nunca hemos vivido una situación peligrosa. Siempre seguimos los consejos de los locales, evitamos atraer problemas y actuamos con la misma prudencia que tendríamos en cualquier gran ciudad del mundo.

En Río de Janeiro, por ejemplo, fondeados en la bahía de Botafogo, nos sentimos totalmente seguros. Es un lugar tranquilo, ideal para pasear, conocer familias, admirar el Pan de Azúcar y sentir esa energía amable tan característica de Brasil.

Es un país donde se toma el tiempo — tiempo para llegar, respirar, explorar, y a veces… quedarse.

Una ruta más flexible y más suave

Cruzar el Atlántico a la altura de Cabo Verde, Gambia o Guinea-Bisáu significa disfrutar de una ruta más libre y flexible.
Aquí no estamos condicionados por la temporada de huracanes, que influye mucho más en las rutas del norte.

Las posibilidades de cruce son más amplias: puedes elegir tu momento según la meteorología, la preparación del barco o simplemente tu intuición.

En nuestro caso, observamos minuciosamente la evolución de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) durante varias semanas, lo que nos permitió escoger la ventana meteorológica adecuada. Esa preparación paciente y reflexiva convirtió nuestra travesía en un momento sereno y agradable.

Lo que más nos gustó de esta ruta es la libertad que ofrece: partir cuando todo está listo, y no cuando lo impone el calendario. Es una navegación a escala humana, guiada por el mar y por el tiempo, más que por las fechas.

¿Por qué Brasil seduce a los navegantes?

Quienes se detienen aquí descubren un país lleno de contrastes:

  • fondeaderos protegidos ideales para descansar — como Itaparica o Bom Jesus en la Bahía de Salvador, o Ilha Grande al sur de Río de Janeiro ;
  • una comunidad internacional de navegantes activa, amable y siempre dispuesta a ayudar ;
  • una cultura acogedora, donde la música, la convivencia y el mar forman parte de la vida diaria ;
  • servicios náuticos accesibles: varaderos, reparaciones, aprovisionamiento, pequeños comercios, artesanos… todo lo necesario para seguir navegando con tranquilidad.

Brasil es un lugar donde las escalas se alargan de manera natural. Cada bahía tiene su propia personalidad: algunas invitan al descanso, otras a la aventura, y otras se convierten en puertos temporales para quienes se enamoran del país.

Trámites administrativos más simples de lo que parece

Al llegar a Brasil por mar, la duración del permiso de estancia depende del pasaporte y de los acuerdos entre países. Muchos navegantes se sorprenden al descubrir que las formalidades son, finalmente, bastante simples: algunos formularios, una entrada en la Polícia Federal, otra en la Receita Federal (la hacienda brasileña), y en general una atención cálida y profesional.

Para quienes desean quedarse un año, también existen soluciones adaptadas: el visado nómada digital para quienes trabajan a distancia, o el visado de jubilado para los navegantes ya retirados.

Con un poco de organización, es totalmente posible prolongar la estancia de manera legal y tranquila. Y justamente esa es la misión de Voiles & Visas: acompañar a los navegantes en los trámites, traducciones y formalidades necesarias para que su experiencia en Brasil sea simple, fluida y sin estrés administrativo.

Muchos navegantes creen que deben preparar todo antes de salir de Europa o África, pero también es posible iniciar los trámites una vez en Brasil.
Los procedimientos pueden comenzar localmente, con la ayuda de profesionales y contactos en el país. Esto permite disfrutar del país con más calma mientras se avanza en las formalidades.

En Voiles & Visas, ayudamos a muchos navegantes que ya han llegado a regularizar o prolongar su estancia sin complicaciones.

Brasil ofrece a los navegantes una ruta menos transitada, pero inmensamente rica en descubrimientos y sencillez. Es un país que requiere curiosidad y apertura, pero que devuelve mucho más de lo que se espera.

Y con la información adecuada y un acompañamiento adaptado, vivir aquí una temporada —o un año entero— se convierte en una experiencia posible, tranquila y memorable.